INTRODUCCIÓN
El
objetivo principal de la Doctrina Social de la Iglesia es interpretar las
realidades terrenas, examinando su conformidad o diferencia con lo que el
Evangelio enseña acerca del hombre y de su vocación terrena y, a la vez,
trascendente, para ORIENTAR en consecuencia la conducta cristiana.
Como se indicó en el fascículo
anterior, la meta final de la Doctrina Social es la salvación de las almas.
Pero el fin inmediato de la es proponer
principios y valores que contribuyan a crear una sociedad digna del hombre,
aplicando las enseñanzas de Jesucristo.
En
esa perspectiva, la Doctrina Social se desarrolla en una triple dimensión:
A. DIMESIÓN TEÓRICA.– porque el Magisterio
de la Iglesia ha formulado explícitamente en sus documentos sociales una
reflexión orgánica y sistemática. El Magisterio señala el camino seguro para
construir las relaciones de convivencia en un orden social según criterios
universales que puedan ser aceptados por todos.
B. DIMENSIÓN HISTÓRICA.–
la
Doctrina se desarrolla dentro de una dimensión
histórica, dado que en ella el uso de los principios está encuadrado en
una visión real de la sociedad, e inspirado en la toma de conciencia de sus
problemas en un marco histórico determinado.
C. DIMESIÓN PRÁCTICA.– porque la Doctrina
Social no se queda en el enunciado de los principios permanentes de reflexión
(visión teoría) ni en la interpretación
de las condiciones históricas de la sociedad (visión histórica), sino que
PROPONE también la aplicación efectiva de estos principios en la praxis (visión
práctica) traduciéndolos concretamente en la forma y en la medida que las
circunstancias permiten y reclaman.
Bajo esta perspectiva
los campos o temas principales de la DSI son: la persona humana, la familia, el
orden social, el papel del Estado, la economía, el trabajo y salarios, pobreza
y caridad, el ambiente natural y la comunidad internacional.
Trataremos
de explicar este vasto campo de la DSI, de manera muy resumida y que facilite
una visión general de las competencias donde el Magisterio de la Iglesia tiene
algo que decir para orientar a los cristianos y a todos los hombres y mujeres
de buena voluntad, en el campo social. Veamos:
1. La Persona Humana
Según la Doctrina Social de la
Iglesia, la persona humana, por estar hecha a imagen y semejanza de Dios, posee
una dignidad que la hace superior a los demás seres creados.
La
justicia social sólo puede obtenerse respetando la dignidad trascendente del
hombre. Pero éste no es el único ni el principal motivo. Lo que está en juego
es la dignidad de la persona humana, cuya defensa y promoción nos han sido
confiadas por el Creador, y de las que son rigurosas y responsablemente
deudores los hombres y mujeres en cada coyuntura de la historia.
2. La Familia
La familia, entendida en sentido
amplio, es una realidad social presente en todas las sociedades conocidas,
aunque en modalidades y formas distintas. Alrededor de la alianza entre varón y
mujer, y la comunidad de vida entre padres e hijos, existen una gran variedad
de valores, usos, costumbres, normas y leyes que la configuran no sólo como un
grupo social característico, sino como una institución social fundamental.
3.
El Orden Social.– Es
necesario un orden social acorde con la dignidad humana donde reine la bondad,
la armonía, la libertad, la justicia y la verdad. En resumidas cuentas el orden
social debe regirse fundamentalmente con los mandamientos de la ley de Dios.
Todas las normas de orden civil (Constitución Política y Leyes) y eclesiásticas
(leyes de la iglesia) deben regirse bajo estos parámetros, sino pueden tornarse
injustas y con perjuicios muy lamentables para la sociedad.
4.
El Papel del Estado.- “Una sociedad bien ordenada y fecunda requiere
gobernantes, investidos de legítima autoridad, que defiendan las instituciones
y consagren, en la medida suficiente, su actividad y sus desvelos al provecho
común del país”. Se llama "autoridad" la cualidad en virtud de la
cual personas o instituciones dan leyes y órdenes a los hombres y esperan la
correspondiente obediencia. Toda comunidad humana necesita una autoridad que la
rija. Esta tiene su fundamento en la naturaleza humana. Es necesaria para la
unidad de la sociedad. Su misión consiste en asegurar en cuanto sea posible el
bien común de la sociedad.
El Estado de Derecho es la condición
necesaria para establecer una verdadera democracia. Para que ésta se pueda
desarrollar, se precisa la educación cívica así como la promoción del orden público
y de la paz en la convivencia civil. En efecto, "no hay una democracia
verdadera y estable sin justicia social. Para esto es necesario que la Iglesia
preste mayor atención a la formación de la conciencia, prepare dirigentes
sociales para la vida publica en todos los niveles, promueva la educación ética,
la observancia de la ley y de los derechos humanos y emplee un mayor esfuerzo
en la formación ética de la clase política.
5.
La Economía.-
"Llenad la tierra y sometedla". La Biblia, desde sus primeras páginas,
nos enseña que la creación entera es para el hombre, quien tiene que aplicar su
esfuerzo inteligente para valorizarla y, mediante su trabajo, perfeccionarla,
por decirlo así poniéndola a su servicio. Si la tierra está hecha para procurar
a cada uno los medios de subsistencia y los instrumentos de su progreso, todo
hombre tiene el derecho de encontrar en ella lo que necesita.
La incumbencia del Estado es la de
vigilar y encauzar el ejercicio de los derechos humanos en el sector económico;
pero en este campo la primera responsabilidad no es del Estado, sino de cada
persona y de los diversos grupos y asociaciones en que se articula la sociedad.
El Estado no podría asegurar directamente el derecho a un puesto de trabajo de
todos los ciudadanos, sin estructurar rígidamente toda la vida económica y
sofocar la libre iniciativa de los individuos.
6.
Trabajo y salarios.-
En nuestro tiempo es cada vez más importante el papel del trabajo humano en
cuanto factor productivo de las riquezas inmateriales y materiales; por otra
parte, es evidente que el trabajo de un hombre se conecta naturalmente con el
de otros hombres. Hoy más que nunca, trabajar es trabajar con otros y trabajar
para otros: es hacer algo para alguien. El trabajo es tanto más fecundo y
productivo, cuanto el hombre se hace más capaz de conocer las potencialidades
productivas de la tierra y ver en profundidad, las necesidades de los otros
hombres, para quienes se trabaja.
El salario justo es el fruto legítimo
del trabajo. Negarlo o retenerlo puede constituir una grave injusticia. Para
determinar la justa remuneración se han de tener en cuenta a la vez las
necesidades y las contribuciones de cada uno. "El trabajo debe ser
remunerado de tal modo que se den al hombre posibilidades de que él y los suyos
vivan dignamente su vida material, social, cultural y espiritual, teniendo en
cuenta la tarea y la productividad de cada uno, así como las condiciones de la
empresa y el bien común".
7.
Pobreza y caridad.– La
pobreza material es uno de los grandes males que todos debemos procurar
desterrar. La verdadera caridad cristiana y humana es uno de los medios
fundamentales donde se asienta muchas otras virtudes y valores que ayudarán a
salir de este mal social en el mundo. La verdadera caridad no es darle el
pescado, sino enseñarle a pescar.
8.
El Ambiente Natural.- El séptimo mandamiento exige el respeto de la integridad
de la creación. Los animales, como las plantas y los seres inanimados, están
naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y
futura. El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no
puede ser separado del respeto a las exigencias morales. El dominio concedido
por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es
absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo
incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la
integridad de la creación.
9.
La Comunidad Internacional.- Una característica del mundo actual es la
tendencia a la globalización, fenómeno que, aun no siendo exclusivamente
americano, es más perceptible y tiene mayores repercusiones en América. Se
trata de un proceso que se impone debido a la mayor comunicación entre las
diversas partes del mundo, llevando prácticamente a la superación de las
distancias, con efectos evidentes en campos muy diversos. Desde el punto de
vista ético, puede tener una valoración positiva o negativa. En realidad, hay
una globalización económica que trae consigo ciertas consecuencias positivas,
como el fomento de la eficiencia y el incremento de la producción, y que, con
el desarrollo de las relaciones entre los diversos países en lo económico,
puede fortalecer el proceso de unidad de los pueblos y realizar mejor el servicio
a la familia humana. Sin embargo, si la globalización se rige por las meras
leyes del mercado aplicadas según las conveniencias de los poderosos, lleva a
consecuencias negativas. Tales son, por ejemplo, la atribución de un valor
absoluto a la economía, el desempleo, la disminución y el deterioro de ciertos
servicios públicos, la destrucción del ambiente y de la naturaleza, el aumento
de las diferencias entre ricos y pobres, y la competencia injusta que coloca a
las naciones pobres en una situación de inferioridad cada vez más acentuada.
EN CONCLUSIÓN.-
Para la Iglesia el mensaje social
del Evangelio no debe considerarse como una teoría, sino, por encima de todo,
un fundamento y un estímulo para la acción. Impulsados por este mensaje,
algunos de los primeros cristianos distribuían sus bienes a los pobres, dando
testimonio de que, no obstante las diversas proveniencias sociales, era posible
una convivencia pacífica y solidaria. Con la fuerza del Evangelio, en el curso
de los siglos, hombres y mujeres de todas las clases sociales, se
comprometieron en favor de los necesitados y marginados, convencidos de que las
palabras de Cristo: "Cuantas veces hagáis estas cosas a uno de mis
hermanos más pequeños, lo habéis hecho a mí" (Mt 25, 40). Hoy más que
nunca, la Iglesia es consciente de que su mensaje social se hará creíble por el
testimonio de las obras, antes que por su coherencia y lógica interna. De esta
conciencia deriva también su opción preferencial por los pobres, la cual nunca
es exclusiva ni discriminatoria de otros grupos. Se trata, en efecto, de una
opción que no vale solamente para la pobreza material, pues es sabido que,
especialmente en la sociedad moderna, se hallan muchas formas de pobreza no sólo
económica, sino también cultural y religiosa.
1. Escribe un comentario para cada uno de los 9 temas de la Doctrina Social de la Iglesia.
En la precaria realidad en la que vivimos todos estos aspectos se han ido resquebrajando entre las brumas,nosotros como cristianos tenemos un compromiso con el mundo ,esta sociedad a tratado de sucumbir las leyes naturales y lo que a diario se ve en la vida cotidiana caminamos por camina cegador por la avaricia y la envidia,que efímera es la vida tomamos el dinero antes q nuestra buena salud .
ResponderBorrarA cerca de los temas abordados yo opino que esta de cadente situación podría cambiar no solo poniendo ejemplos sino haciendo algo por una sociedad limpia y justa es un trabajo arduo que nos corresponde a creyentes y no creyentes obrar es a lo que el futuro debería apuntar.
¿Por que será que eres el único que comentó en este tema?
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